Amor





¿Conoces eso llamado “amor”?

Si, yo amé, y tuve mi oportunidad de conocer el amor.
Y mi amor fue el más verdadero, por ser sincero.
Y duro lo que dura el amor,
por que el amor no es eterno.
Eternas las ilusiones, eternos los sueños.

Nació libre y murió satisfecho
No retuvo nada dentro de si mismo,
pues entregó todo lo que había en mi pecho
Y sufrió con alegría,
porque con darse a si mismo estaba contento.

Fue fuerte y profundo,
y aceptó sumiso su propia muerte.
Se apagó despacio, y se durmió silente.
Y en su último suspiro
fulguró con la flama más ardiente.

Se fue sin dejar herida,
porque fuimos leales y fieles.
Al nacer lo abracé con todas mis fuerzas.
Y lo dejé ir porque su hermosura es ser libre.
Libre y cálido, con su melancolía inherente.
Libre como el viento, cálido como el sol naciente.




Su Oleaje


Ella acaricia las orillas de mi alma
como la alta marea acaricia la playa en las noches de luna,
y con su suave oleaje ascendente me va llenando de calma
para alejarse mar adentro al renacer el alba inoportuna

¡Por favor noche apura tu retorno!
para que sus abrazos me rodeen como esa tibia y salada agua
para que sus caricias se internen en mi pecho sediento,
como el mar se interna en la anhelante y ansiosa playa

Por que ella inunda mi piel desesperada,
como el mar inunda la insaciable arena
¡Maldito sea el día, que la aleja en tan cruel condena!
Bendita sea la noche que la trae hasta mi abrazo…
¡Ojala fuese eterna!

¡Porque dolorosa tortura es la espera
mientras el indeseable sol baja tan lento!
Extrañar la calidez de su piel, y de su mirada,
transforma un dulce y placentero recuerdo en un ingrato tormento

¡Ya pronto oscurece!
¡Ya se acerca la hora de nuestro encuentro!
Y espero que esta noche el oleaje suave de sus cariños
cubran mi cuerpo por completo

Y si así lo desea la alegre y bella luna,
que no solo entre sus tiernas caricias me encuentre inmerso,
pues yo quisiera que en un momento de buena fortuna
también me entregue en medio de la olas… su beso.



¿Eres tú? 

¿Eres tú…quien puede hacer arder nuevamente las llamas de mi pecho?
¿Y echar andar esta vieja y oxidada maquina llamada corazón?
¿Eres tu quien puede desatar mis manos tan llenas de caricias
y coger los besos amontonados en mis labios?
¿Eres tú la mujer que me prometió el destino a cambio de mi alma,
y que por tanto tiempo he esperado con impetuosa paciencia?

Por que ya casi estaba por entregarme al cansancio…
y casi te encerraba tras la puerta del olvido…
y ahora… justo ahora apareces como si fuese otro juego del destino.
Tan perfecta, como arrancada de mis sueños y deseos.
Irresistible a mis sentidos, a mis emociones.

E incapaz de rechazar tan exquisita fruta,
otra vez me siento perdido en la duda

¿Eres tú aquella musa?
¿La que se convierta en la razón de mis batallas,  
y aquel tesoro invaluable que debo proteger aun con mi propia vida?
¿Eres tú a quien pueda por fin entregarme en cuerpo, espíritu y alma?
¿Serás tu mi inspiración, mi arte y mi locura?
¿Te convertirás en la fuente de mi ilusión y de mi alegría?
Si tú eres aquella mujer,
entonces pronto,
serás mía.



Te espero...

Los segundos mueren... tan lentamente...
en interminable agonía... casi eterna...
¿que es lo que los frena en su marcha?
¿por que el tiempo parece detenerse cuando te espero?
¡hasta mis latidos parecen más lentos...!
¿es que mi corazón no quiere aceptar la verdad?
... esa verdad que el tiempo clava como una estaca en mi pecho...
mis brazos te esperan...
mas tú no vienes...

sigo aguardando el instante de tu llegada...
y mientras tanto te recuerdo...
¿por que me pareces tan lejana...?
como si la última vez que estuviste junto a mí...
fuese hace siglos...
¡y solo ha sido un día!

quiero escuchar tu voz diciendo mi nombre...
quiero contemplar tu sonrisa
y sentir la calidez que le regala a mi espíritu...
¿Por que he llegado a desearte?
¿en que momento me ataste a tu mirada?

los momentos se precipitan al abismo del olvido...
y yo intento alejarte de mis pensamientos...
pero todo me parece vano... todo parece aburrido...
¿es que no hay nada que se compare a tu compañía?
¿Por que no vienes?
¿Acaso la maldición de mi destino también a ti te llevará lejos?

ya lo sé...
no vendrás...
mas aun...  yo te espero...



Como las olas del Mar...

¿Para qué querías una estrella?
Te di más que eso.
Te di el brillo de mis ojos,
te regalé mis sentimientos.
Pero tú sólo miras el cielo,
y yo siento que te pierdo,
porque te alejas en un viaje sin regreso,
un lugar tan distante
que al pensarlo se enredan hasta mis recuerdos.
Recuerdos de aquellos momentos felices,
en que me sentía dueño del Universo.
Porque tú estabas a mi lado,
y yo te hacía parte de cada uno de mis versos.

No te regalé esa estrella,
porque sentí que tú merecías más que eso.
Entonces busqué en el espacio infinito
el más hermoso pedazo de cielo,
para dártelo la próxima vez que nos viéramos,
cuando te hablase de lo que siento.
Pero ese día jamás llego
o simplemente no supe construir el momento.
Fue entonces cuando de mí te apartaste
y yo empecé a sufrir por este sentimiento.
Dos días de alegría por diecinueve de tristeza,
creo que no hay justicia en el tiempo,
mas cuando ya me siento cansado
de quererte y sentir que se muere mi cuerpo
cuando no puedo hablarte,
te vas y no puedo alcanzarte, te pierdo, y siento inútil amarte.



En ese momento…

...en aquel preciso momento en que...
tus ojos brillan con todo su esplendor...
tu boca dibuja la más hermosa sonrisa...
y tus manos intentan enredarse con las mías
y me siento embrujado ante la calidez de tu voz...
...en ese preciso instante en que...
el aire se agita alrededor nuestro... acercándonos...
y no puedo pensar en nada más que tu belleza...
y que de tanto desearte mi cuerpo tiembla...
y mi corazón quisiera estallar en mil besos
que acaricies entre tus labios...
es en ese momento... en que... quisiera decirte...
...te quiero...
pero... decírtelo... no puedo...
y me marcho...
y al alejarme siento que muero
y contemplo inmóvil...
el preciso instante en que...
...se cae todo mi cielo.



Esa espada…

Esa maldita espada que atraviesa mi pecho…
Ya se había hecho parte de mí…
Ya no sangraba el corazón…
¿Por que tenías que aparecer otra vez?

El dolor es leve si el filo permanece inmóvil…
Pero si te acercas…
Pero si me abrazas…
¡Muerdo mi lengua para no gritar de la agonía…!
Comienzo lentamente a sangrar…

Pero no puedo alejarte…
Caigo a tus pies…
Extiendo los brazos dispuesto a sufrir otra vez…
Aquí esta mi pecho… aquí esta la espada…
Intenta quitarla de mi corazón o empújala más adentro…
Ángel o demonio…
¡Abrázame fuerte…!



Quiero...


Quiero ser libre,
pero quiero ser tuyo.
Quiero volar hacia donde yo quiera,
pero no más allá de tu cielo.

Quiero encontrar el tesoro oculto
en las profundidades de tu alma,
pero sin quitarle ninguna de sus riquezas.



¿Quien eres?

¿Acaso eres el verdugo que viene a destruirme,
cuando ya me he acostumbrado a este calabozo
después de una eternidad de tormentos y torturas,
cuando las heladas paredes me parecen confortables
y mis claustrofóbicos temores han desaparecido
ahora que me he enamorado de esta densa oscuridad
tanto que olvidé la forma superficial de mi cascarón?
y justo cuando el mundo se me hacía tan ajeno…
llegas tú…
y abres las puertas de mi oscura mansión
dejando entrar esta cálida brisa
que me envuelve en el ensueño de una nueva ilusión
¡y en vano intento cubrirme otra vez!
¡aleja por favor esa luz de mis ojos!

Abrazo la decrepitud de mi tumba
dándote la espalda, pero tú no te marchas
¿Que quieres de mi?
¿No has jugado bastante con mis huesos?
¡Déjame morir en la paz de mi silencio!
Pero… ¡maldita sea!
he comenzado a extrañarte…
y quisiera que acariciaras mis oídos con un te quiero...
tal vez eches a andar otra vez esta vieja máquina llamada corazón,.
y yo pueda ver a través de tus ojos lo hermoso que es este mundo
porque a través de los míos solo consigo ver sombras
y una que otra luz en la lejanía de mi nublado horizonte.


¿Quieres beber de mi fuente de los deseos?

Hazme renacer desde las cenizas
dame alas con las que pueda atravesar el cielo
y llegue hasta la hermosa constelación de tu rostro
y encuentre abrigo en la estrella de tu boca.

Deja que transforme mi cuerpo en el oleaje
que besa las orillas de tu alma,
a veces suave y constante...
a veces fuerte y variable en los tiempos de choque...

¿Puedes entenderlo?

Crucé el cielo y el infierno... buscándote
recorrí los pasillos de la vida y la muerte para verte
y en la luz no dejé lugar de sombra sin mirar
y en la oscuridad no dejé lugar de tinieblas sin iluminar
pero no te encontraba, no,
Entonces luché contra los dioses de la suerte y el destino...
hasta que me concedieron una oportunidad...
y te trajeron hasta donde estas ahora...frente a mi.
¡Yo no me quede esperándote, salí en tu busca!
desesperada odisea en contra del tiempo…
¿Lo entiendes ahora?
estabas dentro de mí aún antes de conocerte
donde siempre has estado,
dormida en mi pecho
¡despierta!
ven...
!dame tu amor!



Devorarte…

Te sientes segura a mi lado?
Tal vez… protegida?
Piensas que yo jamás dañaré tus sentimientos?
Acaso crees que en la inocencia de mi abrazo?
No te das cuenta?
¡Voy a devorar tu corazón!
Ven a mí…
continúa acercándote…
Lo primero… es que sientas confianza en mí…
Vamos… cuéntame tus secretos…
Descansa en mi pecho… siente mi cuerpo…
Siente mi corazón… late por ti…
por tenerte… por tomar tu cuerpo y hacerte mía…
pero primero…
¡Voy a devorar tu corazón!
Ven a mí…
Entraré despacio en tus sentimientos…
Me ganaré un lugar en tus pensamientos…
Pero la incertidumbre siempre estará presente…
Que es lo que quiero de ti?
Que es lo que deseo de ti?
Que es lo que busco en ti?
¿No te das cuenta?
¡Voy devorar tu corazón!
Pero mientras tanto jugaré con la duda…
Porque aun no es el momento de terminar este juego…
Esperaré… como el animal salvaje espera a que su presa se acerque…
Sin que ella siquiera lo presienta.

Ven… acércate más…
Dulce e inocente…
Te sientes segura a mi lado?
¿Es que no te das cuenta…
que tu misma me traes tu corazón… para que yo lo devore?



Olvida, Calla, Miente


…trágate las lágrimas!
muérdete la lengua!
calla! calla!
Arráncate el corazón!
Olvídame! Olvídate!
Finge ser feliz!
Sonríe maldita sea!
Mira de frente!
Calla! Calla!
Vuelve a sonreír!
Trágate las lágrimas!
Muérdete la lengua!
Finge ser feliz!
Olvídame!
Olvídate!
Calla!
Calla!
Miénteles, miénteme
Miéntete.



Parte de tu ser es mío...

Estás tan inmóvil que te temo.
Estás tan lejos que no te siento.
Tu piel me sabe a tierra extraña.
Tu mar se ha secado, en mis infiernos.

No queda nada más que el residuo
de un par de estrellas sin brillo.
Tu cielo se ha marchado a otro universo,
Y tus caricias se han ido con el sol, en el firmamento.

Tus formas de mujer no llaman mi atención;
se han hecho desiertos sin vida sin color.
Lo que de ti un día fue bello se ha transformado
en mil mariposas cayendo muertas del cielo.

Tu presencia es muy débil; los sentidos te abandonan,
Y sólo queda una figura triste y sin aliento.
Mi mirada se ha hecho un invierno
al ver tu sonrisa irse con los vientos.

¿Qué es esto que estoy sintiendo?
Acaso mi corazón extraña los momentos
en que de tus manos fluían los sentimientos
y hacías valioso, lo que no costaba un céntimo?

Tu recuerdo vendrá a mí como a la tierra el rocío,
y me quedo con tu alma, que se hace parte mío.
Todo lo que nace, muere. Así es el ciclo.
Pero tu ser es eterno, e inmune al olvido.



¿Inocencia?


Cerraré mis ojos, para buscar a tientas tus labios,
mientras te beso suavemente en las mejillas.
Enjaularé el deseo para disfrutar solamente de tus besos,
saboreando el néctar puro de tus caricias.

Mis manos juegan con tu espalda
y nuestros corazones palpitan tan cercanamente,
que al besarte logro escuchar,
tambores de guerra sonando simultáneamente.

Y acaso no es una guerra la que se libra en nuestro interior?
Una interminable lucha entre el deseo y el pudor?
Mas, por ahora necesito la ternura y el calor
que sólo pueden brindarme tus besos, Amor.

Desde que se rozan nuestros labios
desaparece cuanto hay alrededor.
Y nos volvemos habitantes únicos,
de este mundo de ilusión.
Dos seres sublimes,
conectados de mente y corazón.    
Sin embargo indefensos
a los ataques de la pasión.

Las caricias se vuelven desesperadas,
y el latir se comienza a acelerar.
Y nuestras mentes caen cautivas
frente al intenso deseo carnal.

Nuestros labios siguen agitándose,
somos bombas a punto de estallar.
Pero nuestro amor es verdadero
 y sin decirlo concordamos… en que es tiempo de parar.



Mi vaga ilusión...


Las cálidas aguas de tu abrazo
borran huellas que antes veía como eternas.
La paz que di por perdida hoy la encuentro en tu regazo,
tu ser, aleja de mi alma las tinieblas.

Embrújame con el sabor de tu respirar.
Quema mis sentidos con tu agitación.
Crea otra vez mi cuerpo con la suavidad de tus dedos.
Lánzame al vacío al escuchar la música angelical de tu voz.

Y si sólo eres un sueño.
Un invento que vive sólo en mi cabeza.
Entonces esperaré impaciente que al dormir aparezcas,
para adorarte con los versos
que me inspira tu sensual naturaleza. 



Tan cerca... tan lejos

Conozco el brillo de tus ojos,
mas no quieres con ellos
iluminar mi alma.

Conozco la calidez de tus manos,
mas no quieres con ellas
abrigar mi corazón desamparado.

Conozco tu forma de pensar,
mas ninguno de tus pensamientos
lleva mi nombre.

Conozco el gesto de tu rostro
cuando ves acercarse al dueño de tu sentir,
mas ni con regalos, poemas ni nada en este mundo
consigo dibujar en tu cara tal alegría, tal resplandor sin fin.



Miedo...

Tengo miedo,
miedo de mí...
de no decir lo correcto,
de no hacer que el momento sea perfecto,
de estar buscando amor donde ni siquiera hay afecto,
de ser perturbadoramente directo,
de sentir que mi cariño no te es acepto,
de permitir que me trates como un insecto,
de ver como te pierdo sin hacer nada al respecto.

Tengo miedo,
miedo de ti...
de que no creas que mi sentir es sincero,
de que no reacciones como yo espero,
de que te quedes callada si te digo que vivir sin ti no puedo,
de oír que nunca sentirás por mí amor verdadero,
de que entre ser tu amigo y ser tu hombre prefieres lo primero,
de que digas que nuestras vidas son tan distintas
como la tierra y el cielo,
de que tu indiferencia me aplaste como un perro,
de que ya no quieras verme, al comprender que te quiero.

Tengo miedo…



Al cerrar mis ojos pude verte...

Estuve pensando sobre aquello que dijiste
sobre amar y confundir sentimientos,
sobre alimentar ilusiones,
y que sería mejor darnos un tiempo.
Reflexionar bien las cosas;
entender bien lo que siento.

Pero ¿por qué me pides que analice
a aquello que tú has dado vida en mi pecho?
 ¡Si para mí esta tan claro y tan simple!
Eres tú quien en realidad no quiere entenderlo.

Creo que malgastas muchas palabras
para decir algo que por fin comprendo,
que lo nuestro no funcionaría,
que no se dio en un buen momento.

Pero ahora que otra vez lo pienso,
en el amor no se ha de esperar el momento.
Por que si yo siento esto por ti, en este tiempo,
tú también deberías sentir lo mismo por dentro.

Creo que el final de esto es realmente triste.
Que sin querer, entregue mi ser a quien no se lo merecía.
Que pierdo a una de mis mejores amigas.
Que me quedo con un vacío en el pecho,
el vacío de un sentimiento
 a quien le has quitado la vida.



El viento te llevará mi dolor...

¿Qué son los vientos,
sino cientos de pensamientos
que tristes se escapan en el silencio,
murmurando en el aire,
sus lamentos?
¿Adonde van con tanta prisa
como si de alguien estuviesen huyendo?
¿Será que los acecha de cerca el olvido?
¿O corren para alejar el frío del que han sido hechos?
¿Adónde van los que caen de mi mente,
Aquellos que no logran convertirse en recuerdos?
¿Será que vuelan hasta donde tú te encuentres
para decirte que aún te quiero,
 y te espero con anhelo?
¿Adónde irán los tuyos,
esos que no alcanzan a asirse de tu pecho?
Quisiera yo que fuesen este aire frío
que cada noche estremece mi cuerpo,
y de esa forma saber que sigues pensando en mí
cuando está atardeciendo.

¿Y qué son las nubes
sino promesas rotas que al juntarse muchas
no sostienen su dolor,
ilusiones frustradas rompiendo en miles de lágrimas,
que hacen eco de las que salen de mi interior?

¿Y qué son los truenos
sino gritos llenos de rabia y desesperación,
exigiendo una respuesta a los cielos,
oyendo sólo la canción de la lluvia en contestación?



El Despecho y el Rencor son amigos...

Reconozco mi error y a pagarlo no me niego:
Que te amé con el amor de los ciegos
y te entregue mi vida en penumbras.
Pero la verdad que todo lo alumbra
y a la mentira más escondida la desenmascara,
me quitó la venda de los ojos para verte así de forma clara.
Que si en verdad fui ciego,
entonces mi ceguera fue del más alto nivel,
para no darme cuenta de tus artimañas
de mujer cínica e infiel.
Que si mi corazón no daba abasto para el amor que te tenía,
ha de ser mayor el asco que ahora te debo tener,
porque si te amaba a más no poder
y tú de mí te reías,
ahora te odio con toda la fuerza de mi ser
por descarada, traicionera y arpía.
Y aunque dolido en lo más profundo de mi alma,
¡ningún mal te deseo!
Porque sé bien que de castigar a quien hace daño
se encarga la propia “Vida “.

Sólo espero que de lo sucedido
no tengas que aprender como yo he aprendido,
por que entonces conocerás la inmensa pena
de odiar después de con tanto amor haber querido.
Por mi parte, me pondré las manos en la herida que me has hecho,
y seguiré lejos de ti mi camino.
Le pido de rodillas al cielo y al destino,
que desde este mismo día no vuelvan a verte mis ojos
hasta que perdonarte pueda.
Sólo entonces, y sin ningún resentimiento en mente,
te abrazaré deseándote la mejor de las suertes.
¡Que Dios así lo quiera!




Te encontré…  te perdí

Perdido en arenas de duda y desiertos de falsedad,
rodeado de fantasmas, ilusiones y soledad.
Caminaba apretando los  puños, buscaba una señal.
Estoy tan solo en este mundo de irrealidad,
con la noche aplastando mis hombros con su frío infernal.

Y en un grito de última esperanza alcé mi voz
en un idioma olvidado que pocos saben escuchar.
Es extraño el destino, y más aun la casualidad,
Pero una débil voz contesto a mi llamado,
y llenó mi corazón de alegría, tal vez felicidad.

Hallé una flor en el desierto,
Encontré un diamante en un basural,
Una perla en un mar muerto,       
Una joya hermosa, la aguja en el pajar.

Pero en mi arrebato, y en mi ignorante ansiedad,
Quise poseer aquella hermosa flor con pétalos de luz,
Pero al tomarla sus espinas se clavaron en mi pecho,
Y doloroso y eterno y hermoso fue aquel lento agonizar.
Siempre supe que la perdería, que se habría de alejar.

Por que sus pétalos se marchitaron entre mis sueños,
Con mi sangre ahogue su majestuoso iluminar.
Con mis lágrimas entoné un canto de despedida
y me alejé para morir en mares secos de locura y delirar.






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